La famosa “Cuesta de enero” es un fenómeno económico que se da por dos principios.

La “cuesta de enero” es un fenómeno económico que se da por dos principios:

  • Mal manejo de las finanzas personales.
  • El aumento de precio en algunos productos y servicios.

Todo esto al iniciar el año, es decir, en el mes de enero, de ahí el nombre que recibe esta crisis. Si bien el aumento de precios a causa de la inflación y las fluctuaciones de la economía mundial es un factor importante, la causa primordial de esta situación es la falta de planeación de nuestras finanzas.

Durante la temporada invernal solemos realizar una gran cantidad de gastos, ya sea por las celebraciones de fin de año o por los regalos que compramos con la intención de quedar bien con la familia y amigos, pero sea cual sea el motivo de nuestros gastos, es común que al empezar el año estemos en ciertas dificultades económicas. Esta es una situación en la que se deben cubrir los gastos habituales, pagar el predial, la tenencia y por si fuera poco, liquidar todas las deudas contraídas en las fechas pasadas.

En este punto, la educación financiera es indispensable. Contar con conocimientos que nos ayuden a controlar nuestros gastos es nuestra única salvación ante una crisis financiera. Muchas veces pensamos que los temas financieros están reservados para gente de negocios, empresarios, banqueros, etc. Sin embargo, la realidad es que todas las personas debemos contar con educación financiera. Aunque la “cuesta de enero” es un verdadero reto, también puede ser una gran oportunidad para mejorar nuestras finanzas personales. Por ello, aquí te damos algunos consejos que te servirán para afrontar esta situación.

Primero que nada, debemos estar conscientes de que cada persona es diferente y tiene metas y objetivos acordes a su propia forma de vivir, en este blog te enseñaremos unos pasos muy sencillos que debes seguir para que las deudas no te coman al iniciar el año:

  • Haz una lista con tus ingresos y gastos, así sabrás en qué estás utilizando tu dinero.
  • Realiza un presupuesto para cubrir cada uno de tus gastos siguiendo la regla 50-30-20.
  • Si tienes deudas, olvídate de adquirir otras para saldar las que ya tienes y enfócate en cubrir primero las de mayor urgencia.
  • Cuando hagas tus compras, evita el famoso “tarjetazo” y no gastes más de lo que ganas.

Los beneficios de administrar correctamente nuestras finanzas son amplios y estos nos ayudan a planificar nuestro futuro y mantener una economía sana. Recordemos que no se trata de recortar salidas, cenas, vacaciones o antojos. El secreto es no ser impulsivos al momento de comprar y reflexionar sobre nuestras necesidades y posibilidades financieras.

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